El primer mensaje fue enviado por Tomlinson con un texto indescifrable:
las primeras letras del teclado del ordenador, sin más significado. Pero
tuvo un componente que pasaría a la historia: utilizó por primera vez
la arroba entre el nombre del usuario y la máquina a la que se dirigía,
porque el concepto de dominio no estaba todavía definido. Pese a todas
las interpretaciones posteriores, Tomlinson explicó que escogió este
símbolo porque "seguro que no estaba en un nombre propio".
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